El arte no copia la realidad, nunca lo ha hecho. Ni siquiera cuando a toda voz lo ha pretendido. Lo intenta a veces, pero a través de ese intento crea una realidad nueva, inédita, a través de la cual nos asomamos al mundo interior del artista, del mecenas, del taller, de la sociedad, de la mismísima humanidad que necesita ese arte. Así, el arte se transforma en crisol de todas las realidades invisibles.
Me alegro de que me hayas escrito con tanto ímpetu. No sé si es mi entrada o tu trabajo de arqueología (y de América Latina) por hacer los que te animan a ello. Es interesante tu reflexión. ¿Por qué nos seducen este tipo de series? ¿Son una liberación de nuestra rutina, muy diferente a la de estas ficciones? ¿Nos vemos reflejados en ellos? No lo sé. Pero, desde luego, no son el mejor ejemplo a seguir y eso lo sabemos; pero nos seducen.
ResponderEliminarY sí, estoy de acuerdo contigo en que el ser humano es mucho más que instinto y supervivencia. Me conoces bastante para saber que pienso así. El ser humano tiene instinto a la bondad, de la misma forma que lo tiene hacia la maldad. Es una dicotomía bíblica y eterna. Ahora, en situación de crisis, parece que la maldad y la rapacidad campan a sus anchas por el orbe, pero no sólo es así. Hay muchos ejemplos de esperanza y servicio que, en estos tiempos ciertamente oscuros, arrojan luz. Tomará tu consejo implícito y trataré de mostrar el buenismo lockiano en alguna de mis entradas y dejar de ser tan pesimista. Es lo que tiene, siendo el hombre que siempre se va.
Saludos y suerte en los exámenes.
El hombre que siempre se marcha deja a su espalda a Hobbes, pero camina mirando a Locke, que queda oculto en el ángulo ciego de su corazón. Y nadie puede verlo, porque el hombre siempre se marcha ^^
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