domingo, 29 de agosto de 2010

Quousque tandem, stulte, abutere patientia nostra?

(Aquí viene una ración de hígado. Tapaos.)

Muy bien, colegas. Vosotros, sí, vosotros, los que sois tan chachipirulis porque ciencias es lo mejor, es lo más difícil y mola mogollón. Vosotros a los que os encanta jactaros de lo mal que lo pasáis en septiembre, como si el resto de la gente no tuviera problemas. Vosotros IGNORANTES que no sabéis distinguir entre ciencias y tecnológicas. Vosotros que no tenéis suficiente con querer vuestra carrera, necesitáis insultar las de otros como si os hubieran hecho algo.

ME TENÉIS HASTA EL COÑO.

Si tan listos sois, vamos a hacer un test. Mirad los libros y apuntes que os estáis estudiando para septiembre. Si no tienen puesto en la portada Anaya, Santillana o SM, ES QUE YA NO ESTÁIS EN EL COLEGIO. Así que dejad de comportaros como tal. ¿Creéis acaso que la persona que os tenga que contratar en un futuro os van a reír los chistes y os van a contratar sólo porque en bachillerato hicisteis química? Lo más probable es que vayáis al paro, como todo el mundo. Aguantaos. ¿Creéis que lo vuestro es más difícil? De acuerdo. Intentad estudiaros las dos primeras declinaciones de griego y latín clásicos. No todas, eh? Sólo las dos primeras. Como sois tan inteligentes, seguro que las sacáis enseguida.

Conque vosotros razonáis y nosotros sólo tragamos. Ok. Entiendo que estéis resentidos por la persecución a la que os sometió la Iglesia por oponeros a los dogmas, pero eso no os da derecho a creeros la última cocacola del desierto. Entiendo que estéis enfadados por haber tenido que estudiar historia y filosofía en bachillerato. ¿Creéis que a nosotros no nos hubiera gustado elegir laboratorio de biología o física? No sois los únicos perjudicados por la mierda de sistema educativo. Pero nosotros no tenemos la culpa.

¿Pensáis que lo nuestro no sirve para nada? Oh, bien. ¿Sabéis por qué los economistas pueden predecir las crisis? Porque ya han ocurrido antes y sus mecanismos han sido estudiados. ¿Cómo os enteráis de los nuevos descubrimientos en vuestros campos? Sin los periodistas serían imposible. ¿Por qué elegisteis la carrera que estáis estudiando? Porque hubo gente que estudió magisterio para enseñaros lo primero que aprendisteis. ¿Cómo podéis leer los tratados de Isaac Newton y otros artífices de la Revolución Científica? Porque hubo gente que llegado un momento tuvo que molestarse en traducirlos del latín y el inglés arcaico.

¿Pensáis que todo aquello sin aplicación empírica no sirve para nada? De acuerdo. Tirad a la basura todos vuestros discos de música, y vuestras novelitas de fantasía, las cuales, por cierto, no habrían existido jamás sin el minucioso y detallado estudio de la épica grecorromana, la caballería medieval y diversas filologías clásicas y escandinavas que hizo Tolkien.

Ah, y "letras" no significa "cualquier cosa que no sea ciencias". Letras es traducción, interpretación y filologías. La historia, la geografía, la filosofía, el magisterio, la psicología y todas esas "mierdas" con las que os metéis, son CIENCIAS HUMANAS. Oh, sí, no os indignéis. Ciencia proviene del vocablo latino "scientia", que significa "conocimiento" o "saber". CUALQUIER TIPO DE SABER. Antes de insultar, aprended de dónde venís.

No nos echéis a nosotros la culpa. La proporción de personas de letras y humanidades que se meten con los de ciencias es menos de un tercio del caso contrario. Y sabéis tan bien como nosotros, porque estabais ahí en bachillerato, que empezasteis vosotros. ¿Por qué íbamos a meternos con vuestra carrera? Bastante teníamos ya con capear el desprecio de nuestros padres por elegir carreras "inútiles".

Las ciencias molan. Las tecnologías también. A mí me gustan. Me fascinan, y me dejan intrigada. Y puede que un día las estudie como segunda carrera, sólo por gusto. Pero a diferencia de vosotros, YO TENGO COJONES PARA ADMITIRLO. No nos acuséis de no tener sentido del humor por no aceptar vuestras críticas injustificadas. Probad a vivir todos los días recibiendo desprecio por lo que hacéis y amáis. Tal vez entonces vosotros desarrolléis sentido del humor.

A nosotros nos follan y nos mandan a septiembre igual que a vosotros. Nosotros también estudiamos hasta las seis de la mañana y nos quedamos sin dormir para terminar trabajos. Nosotros también peleamos por un sitio en la biblioteca y también nos toca estudiarnos tochos enormes para los exámenes; sólo que no siempre son apuntes, a veces son obras clásicas muy mal traducidas o manuales editados a finales del siglo XIX con tantas notas a pie de página aludiendo a otras obras que uno se pregunta para qué cojones se molestó alguien en escribirlos. Nosotros también sudamos sangre para un examen y luego nos suspenden con un tres "porque no les ha gustado". ¿Qué creíais, que nos repartían piruletas y estábamos todo el tiempo fumando porros en la cafetería?

Que nos toque memorizar muchos datos no nos hace más estúpidos que vosotros. La memoria también es parte del intelecto, y además, ¿no seréis tan ingenuos de pensar que memorizamos datos aislados totalmente separados unos de otros? Cada una de las cosas que estudiamos guarda un orden y una lógica razonable con el resto de temas. No cometáis el error de pensar que sois los únicos que razonan.

Conque callaos ya. Callaos, callaos, callaos. Estamos hartos de oír vuestras gilipolleces de niños consentidos que se quieren dar celos entre ellos. Creced de una puta vez, HIJOS MALAGRADECIDOS DE LA MADRE FILOSOFÍA.

¿Hasta cuándo, imbéciles, vais a abusar de nuestra paciencia?

martes, 24 de agosto de 2010

Enciéndete candela, fríete cebolla...

Vale, lo admito: me encanta bailar. Aunque algunos lo consideren pésimo para mi imagen personal. Y con bailar no quiero decir dar pasitos y mover los hombros al ritmo de la música de fondo. Con bailar quiero decir que me sé el nombre de los pasos. Y los hago. Aunque a veces no me salgan. Con bailar quiero decir que cuando empieza la música (auténtica música de baile, quiero decir, no el famoso unch-unch) abandono toda moralidad y vergüenza y tomo la pista de baile como si no hubiera mañana. Incluso con reggaetón.

Sí, habéis leído bien. REGGAETÓN.

Está hecho para bailar. ¡Yo no tengo la culpa! T.T

Aunque practico danza del vientre desde los catorce años, normalmente la gente no se espera que me guste bailar (suena absurdo, lo sé). La danza oriental es un pasatiempo exótico y alternativo, mientras que el bailoteo en la disco es cosa de canis, pijos y demás gente indeseable en los círculos en los que me muevo. Pero en fin, tampoco se esperan que me guste hacer punto de cruz o cocinar, y lo cierto es que me gustan (el hecho de que estén asociados con cierto modelo de feminidad que yo rechazo tampoco es culpa suya. Aunque hacer punto de cruz con los pinchos y las New Rock, como mínimo es gracioso). Pero el caso es, que sigue gustándome bailar.

Me gusta, me encanta bailar. Y yo soy la tía que está todos los años cosplayada en el Salón del Manga de Barcelona, la misma que estuvo en el concierto de Saratoga en la sala Mirror de Valencia haciendo los cuernos y el headbanging (lo del headbanging es un decir, en esa época iba rapada ^^U). Y sin embargo, adoro a Lady Gaga y sigo pensando que "Everybody" de los Backstreet Boys fue la mejor canción que jamás pudo tocar una puta pista de baile en los noventa.

Qué le voy a hacer, así es la vida ^^U

Bailar no es sólo una disciplina artística, aunque lo es, y mucho más respetable de lo que algunos la tratan. La danza ha aparecido en todas las culturas humanas casi desde su inicio (¿quién nos dice que las figuras antropomorfas de las pinturas rupestres no pudieran a veces estar representando algún baile?) Crecí en un país en el que la danza es un acto social del que no hay manera de escabullirse: a los quince años las chicas celebran la quinceañera (una especie de puesta de largo tan pija que caga gomina, ajiem) y desde ese día en las fiestas hay música y la gente TIENE que bailar, sola o en pareja, pero bailar. Si no bailas, te han jodido, macho.

En ese ambiente, siempre llega un momento de las reuniones familiares en el que alguien se levanta y dice "ay, ¡me encanta esa canción!" o "¡pucha, tal canción de tal cantante!" y sube el volumen. El resto de especímenes pillan la indirecta: es momento de arrumbar las mesas, sacar el cajón y las maracas y empezar a menearse en mitad de la terraza del jardín. No vale andarse con vergüenzas ni gilipolleces por el estilo. Así son las cosas en Perú y en la mayor parte de América. Por eso yo siempre digo que, aunque me encanta vivir en España (por mucho que se quejen de ella los que la habitan XD), hay dos cosas que los españoles no saben hacer: postres y fiestas.

(Eh, no os puedo culpar por lo de los postres. No es justo que nosotros tengamos influencias gastronómicas asiáticas y africanas y además un clima en el que crece casi cualquier tipo de fruta, hierba o caña, y vosotros sólo tengáis... leche, azúcar, nueces y canela ^^U)

En cualquier caso, la danza es más que un arte, y aun más que un acto social: es un método de expresión de una parte muy honda de la consciencia humana. O incluso podría decir del inconsciente. Tanto durante la improvisación como durante la ejecución disciplinada, la persona que baila tiene que confiar totalmente en su propio cuerpo. Puede saberse miles de pasos de baile y puede haber hecho la coreografía centenas de veces. Pero en cuanto empieza la música, no vale contar con la memoria ni con una lógica estructurada. En el momento en que suena la primera nota el cuerpo ha de moverse solo. La mente crea las imágenes de modo irreflexivo y el cuerpo la obedece sin más. Mientras bailas, tu cuerpo es la música: las notas de la canción se convierten en líneas en el aire, y esas líneas son tus propios miembros. Mientras bailas, permaneces en un estado de concentración que no tolera reflexiones o impresiones exteriores, ni siquiera la observación desde afuera de lo que estás haciendo. Sólo hay movimiento, y un inmenso placer.

Y cuando terminas, con las endorfinas a mil, sudando y palpitando, no te sientes cansado: tu cuerpo pesa la mitad, tus movimientos son fluidos como el agua. No sientes que hayas hecho el ridículo. Hubieras deseado que esa sensación de libertad y de intenso placer durara más. Estarías dispuesto a salir a la calle bailando, dando saltos, alzando los brazos y girando como una peonza, celebrando algo, lo que sea.

Eso es el baile. Es belleza, es disciplina, es libertad. Quien lo probó lo sabe.

Y no sé vosotros, pero yo personalmente estoy harta de que la gente se meta con la música "barata" sólo por serlo (con barata supongo que se refieren a toda la que no es rock, jazz, clásica, cantautor o cualquier otro estilo que te haga quedar cool). Es música para bailar, al igual que las otras son para escuchar y pensar. No tiene nada de malo. Los huevos fritos son deliciosos, lo mismo que la paella de marisco, sólo exigen una preparación muy diferente. A nadie se la ha ocurrido criticar a los huevos fritos por eso, ni tampoco comerlos todos los días como si fueran lo único que existe. Pues lo mismo pasa con la música. Y esa gente que está tan amargada metiéndose con algún tipo de música por ser "mierda" (comparada con la que le gusta a ellos, intuyo), debería bailar más. Cohone'.

Al resto, sólo os parafraseo a LeAnn Womack: "Cuando tengas la opción de quedarte sentado o bailar, espero que bailes. Espero que bailes".


Aquí os incrustaría algún vídeo de mi hermana bailando, porque toda Valencia sabe que ella es la bailarina de casa y no yo, pero se conoce que no lo consiente. Quedaos añorando su divino talento XD

lunes, 16 de agosto de 2010

Sarakenoi


Hace años que vengo caminando
por encima de las dunas
con la piel azul como la piel
del cielo.
He viajado por tantos lugares,
todos iguales sobre esta manta de arena arrugada
y tan diferentes de sí mismas
bajo el cambiante ojo del sol.
El sol era una diosa antes de la llegada del Profeta
y parece que aún lo recordara
en el crepúsculo rosa y azul.
Llevo conmigo el viento que hace cantar
el lienzo de las jaimas
y mete los dedos en las dunas
y dibuja líneas sobre ellas.
Cuando la luna sube por el cielo
la tierra es un espejo de su blanco silencio.
La mordida de mis pies en la arena
sigue el ritmo de mi corazón.
Y yo también canto,
narrando los siglos:
ese músculo es el parche
de mi tambor.
Traigo entre mis ondas azules
el aroma del té y la leche
y el color de la miel en los amaneceres
y el sabor tan preciado del agua
que se esconde bajo la piel de la tierra,
reluciente como el sol.
Conozco la música del silencio.
Mi alma es de tela y varas
y cuando siente sed puedo recogerla
y llevarla a buscar las estrellas a lo lejos,
en otro lugar.
Hace tiempo que vengo caminando.
Cuando mi cuerpo no pueda más y duerma
mi espíritu se irá andando sobre las dunas.

Música: Yearning (Raúl Ferrando)

miércoles, 4 de agosto de 2010

El caso es que la cosa ha funcionado

Ya tengo el contrato. Una firma mía y empezaré el primer negocio de mi vida. Un negocio con el que he soñado desde que aprendí que m + a, dos veces, es mamá.

Hace poco bromeaba al respecto. Y ahora resulta que iba en serio. Va a ocurrir. ¿Quién lo hubiera dicho?

¿Alguien querrá comprar mis palabras?