Sostengo entre mis manos
la mano trémula de mi abuelo
y nunca he sido tan consciente
del cruel devenir del tiempo
que roba el rubor de las venas.
Ahora que la corola está abierta
puedo oír el susurro
de otros pétalos que se secan
para siempre;
cada día son mil respiraciones
que no regresarán jamás.
Y me pregunto
cuánto tiempo me queda en esta orilla
antes de que las olas del sueño
vengan a cerrarme los ojos,
pues la Muerte descansa
sus fríos antebrazos
en el alféizar de mi ventana.
Tal vez por eso
aprieto mis labios
contra los labios fríos de las estatuas
de ángeles tristes y durmientes eternos;
tal vez por eso
al andar por este jardín de carne humana
mis pies se crispan dentro de los zapatos,
queriendo agarrarse a la tierra;
tengo miedo, Muerte,
de que nos dejes tan solos.
Pues te llevas a los dormidos, Muerte,
y para los vivos sólo dejas el dolor,
el pasmo,
la soledad;
la Muerte es tan Muerte porque estamos vivos.
Y cuánta épica se ha escrito
desafiándola,
pero al final
ella es la única que nos abraza,
ella es la última que lo hará.
Gritaremos "¿Do está, Muerte,
tu poder?"
e invocaremos a la reencarnación y a Cristo
pero la Muerte es la última reina
y riega sus flores con nuestro olvido.
Cada día hace caer una lágrima
de nuestro lirio tristísimo;
tocan a difuntos, y recuerdo
cenizas en los campos,
rosas blancas en el mar,
espirales de té verde.
Cada paso hollado
es un paso hacia sus brazos,
eso no tiene vuelta de hoja.
¿A quién dejarás solo
tú, Muerte,
cuando me lleves?
¿Y adónde me llevarás,
adónde
cuando llegue mi último invierno?
"Adónde, adónde"
doblan las campanas por los muertos.
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Me ha venido a la mente "Por quién doblan las campanas" de Hemingway, a pesar de que no lo he leído.
ResponderEliminarTiene mucha fuerza tu poesía. Espero que la presencia cercana e inexorable de la muerte no te atormente para poder vivir. Sé que no lo hace: eres una vividora.
Por cierto, no puedo suscribirme a tu blog para que me mande actualizaciones por correo. ¡Maldito blogspot! Mi burguesa interfaz "wordpress" sí que me lo permite :)
A decir verdad, a mí también me ha recordado a ese libro, pese a que yo tampoco lo he leído, sólo conozco algunos fragmentos. "¿Por quién doblan las campanas? Doblan por ti". Creo que esa idea está bastante relacionada con este poema. Habrá que leer el libro, OH NO QUÉ CRUZ (ironía XD).
EliminarDe hecho, creo que es la inexorabilidad de la muerte lo que hace que los vividores amen tanto la vida; la vida es tan preciosa porque podemos morir, porque cada instante puede ser el último. La consciencia de la muerte, más que lúgubre, me parece apasionada y profundamente vital, pues te recuerda lo que eres: una oportunidad de vivir. Y las oportunidades hay que aferrarlas.
Lo que tiene blogspot es que para seguir un blog tienes que tener cuenta en la página, así siempre te aparecen las actualizaciones en tu perfil. De todos modos, yo tampoco estoy suscrita al tuyo, sólo lo tengo en el blogroll para así que sea en plan "hm, ¿habrá escrito Néstor últimamente? ¡Oh, agradable sorpresa!" XD
Hola!
ResponderEliminarEscribes muy bien sabes? Casi me das envidia (de la sana por supuesto xD)
Gracias Mati ^^
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