jueves, 3 de abril de 2014

Desolation row


"Me llamo Magdalena Guillem Ortiz, y tengo cincuenta y dos años. Soy ingeniera de caminos, canales y puertos. Desde que era pequeñita me gustaba jugar con el Lego y con el Scalextric, así que mis padres se alegraron de que siguiera mis sueños cuando elegí mi carrera. Mi abuela Cándida, por su parte, me dijo "¿pero ahí dejan entrar a las señoritas?". Mi santa abuela. Menos mal que no vivió para ver esto.

Fui una niña del milenio, así que los presagios del Apocalipsis me han seguido desde que nací. Las películas, las series, los periódicos, todos hablaban de que se que acababa el mundo: la polución, el calentamiento global, la recesión económica, la guerra en Siria, en China o en todas partes. Crecí escuchándole a los periodistas y a los escritores que mi generación estaba jodida, que éramos unos egocéntricos y unos desencantados de la vida que estaban todo el día en internet, y que así no había quien echara p'alante. Lo que son las cosas, la mayoría de esos carcamales que se pasaban la vida sentados sobre sus reales culos echando pestes de nosotros murieron devorados hace tiempo, incapaces de correr para salvar la vida, y nos ha tocado a los "desencantaos" hacernos cargo de defender los restos del mundo que ellos estaban tan complacidos de haber creado. Ja.

Porque sí, al final, el Apocalipsis acabó llegando.

Pero la cosa es que no ha resultado ser muy entretenido."


Un día de estos voy a aprender a escribir guión cinematográfico y os vais a cagar todos.
Y leo esta historia con la voz de Concha Velasco.

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