viernes, 25 de abril de 2014

Clarimonde


"Te amaba mucho tiempo antes de haberte visto, mi querido Romuald, y te buscaba por todas partes.  Eras mi sueño; te vi en la iglesia, en el fatal momento, y exclamé: "¡Es él!". Te dirigí una mirada que concentraba todo el amor que te había tenido, que te tenía y que debía tenerte en el porvenir; una mirada que hubiese bastado para condenar a un cardenal o hacer arrodillarse a un rey a mis pies en presencia de toda su corte. Tú permaneciste impasible y preferiste a tu Dios… ¡Ah, qué celosa estoy de tu Dios, a quien has amado y amas más que a mí! ¡Qué desgraciada soy! ¡Jamás tendré tu corazón para mí sola, para mí, que he resucitado con un beso tuyo, para Clarimonde, la muerta, que fuerza por ti las puertas de la tumba y viene a consagrarte una vida que ha recogido de las frías cenizas sólo para hacerte dichoso!"

La muerta enamorada, Téophile Gautier

2 comentarios:

  1. Me encantó este relato de la colección de terror que conseguí de El País :)

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    1. Caray, Néstor, la próxima vez que quiera algo de ti ya sé que sólo tengo que citar un autor que te guste y te tendré aquí en cero coma XDDD

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