miércoles, 11 de diciembre de 2013

A veces me corro en protesta


A veces me corro en protesta.
Al fin y al cabo, el índice
es el dedo de señalar.
"Escúchame" dice cuando apunta al cielo.
"Cállate" dice cuando te apunta al pecho.
"Conciénciate" dice cuando señala la injusticia.
"¡Oh, dios, sí!" digo cuando estamos a solas
mi índice y yo.
Y cada vez que algún imbécil
quiere hacer un comentario "informado"
sobre mi complejidad psico-sexual,
sobre el terrible trabajo que le supongo,
sobre que a veces me basta con la intimidad
y no con el orgasmo,
mi dedo índice apunta al centro de mi universo
y una tormenta solar borra toda su mierda.
A veces el mundo es un asco
y entonces
me corro en protesta.
Cinco minutos,
un dos tres
y ¡pum! salgo a la calle
con las mejillas adornadas
por el colorete de un placer que es sólo mío
y una media luna en los labios,
que le jodan a esta ignorancia,
que aprendan o se larguen,
yo me corro cuando quiero,
que me agarren si pueden.
Una estupidez
y me hago un dedo en el baño,
una falta de respeto
y me hago un dedo en el baño,
una opinión castradora
y me hago un dedo en el baño,
un insulto en la calle
y me hago un dedo en el baño... del bar.
Con el índice señalo,
con el corazón insulto
y con ambos acaricio
la última respuesta.
¿Tu sandez? ¿Tu misoginia?
Yo me corro en protesta.
Adivina quién gana.

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