domingo, 30 de septiembre de 2012

War


Tiranos,
temednos,
mandáis a nuestros hijos a morir.
Cualquier guerra es suicida.
En las guerras
victrix indiscutible
es la Muerte.
No hay héroes;
vuestros héroes,
tiranos,
son nuestros hijos muertos
y jamás volverán.
Pues ¿qué es un héroe
salvo quien seca las lágrimas,
salvo quien ofrece el pecho
a la Muerte
en lugar de otro ser?
En lugar de una bandera, no.
La sangre de los caídos
es de petróleo y avaricia
y a nuestros niños muertos
no nos los devolverán
vuestras medallas.
Tiranos,
temednos,
mandáis a nuestros hijos a morir.
Una vida inocente
es preciosa.
La gloria de una nación,
polvo en el aire.
Se llevaron a tantos hijos
que desaparecieron en un grito
y su último aliento
fue para los padres huérfanos.
Debieron ser para los abrazos
y fueron para las balas.
¿Es que no podéis ver
que son niños?
Y les erigiréis piedras
heladas y obscenas,
pues no veis,
tiranos,
que fueron de pólvora
y debieron ser de beso.
Tiranos,
temednos,
mandáis a nuestros hijos a morir.

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