jueves, 6 de enero de 2011
Encuentro en el Ben & Jerry's
Ayer me encontré a Dios. Estaba detrás de la nevera en una heladería, desincrustando pacientemente una cubeta de helado con una espátula de metal. ¿Que cómo sé que era Dios? Muy fácil, me sirvió un helado de tres bolas cuando yo sólo había pedido dos, y me cobró sólo las dos, todo eso con una sonrisa radiante. Y cuando me marchaba, vino corriendo detrás de mí y me dijo "¡Espera! Te has dejado diez céntimos". Me los dio, aún sonriendo, y se volvió a la heladería. Yo me marché dejándole en aquel Ben & Jerry's, preguntándome si el resto de clientes aquel día serían conscientes de que el mismísimo Dios era quien les sonreía desde detrás de la nevera, desincrustando pacientemente una cubeta de helado con una espátula de metal.
Cuento creado en treinta segundos entre Jota y yo, a raíz de un "No hay ni Dios" "¿Cómo que no? Está ahí detrás de la nevera". Intepretadlo como queráis. Yo estoy de exámenes T.T
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Poca gente queda así en el mundo, aunque cuando te topas con alguno, no puedes evitar sonreír e incluso alegrarte el día :)
ResponderEliminarQuién iba a ser, si no Dios? XD
ResponderEliminarEs bonito, qué le vamos a hacer? Dios existe, adiós a los ateos y agnósticos :)
ResponderEliminarNosotros le vimos primero y nos comimos su helado de cookies, además! ^^
ResponderEliminarPero Bel san estas segura que era helado??? Mira haber si era Yogurlado y estaba maldito jijijiji
ResponderEliminar:) pues yo hoy me he alegrado de encontrar este blog por casualidad.
ResponderEliminarHm, eso explicaría los vómitos verdes y los giros de cabeza de 360º... ah, no, espera, eso es la posesión demoníaca, entonces el helado estaba bien XD
ResponderEliminarMe alegro de que me encontraras también, Ire ;)