martes, 24 de agosto de 2010

Enciéndete candela, fríete cebolla...

Vale, lo admito: me encanta bailar. Aunque algunos lo consideren pésimo para mi imagen personal. Y con bailar no quiero decir dar pasitos y mover los hombros al ritmo de la música de fondo. Con bailar quiero decir que me sé el nombre de los pasos. Y los hago. Aunque a veces no me salgan. Con bailar quiero decir que cuando empieza la música (auténtica música de baile, quiero decir, no el famoso unch-unch) abandono toda moralidad y vergüenza y tomo la pista de baile como si no hubiera mañana. Incluso con reggaetón.

Sí, habéis leído bien. REGGAETÓN.

Está hecho para bailar. ¡Yo no tengo la culpa! T.T

Aunque practico danza del vientre desde los catorce años, normalmente la gente no se espera que me guste bailar (suena absurdo, lo sé). La danza oriental es un pasatiempo exótico y alternativo, mientras que el bailoteo en la disco es cosa de canis, pijos y demás gente indeseable en los círculos en los que me muevo. Pero en fin, tampoco se esperan que me guste hacer punto de cruz o cocinar, y lo cierto es que me gustan (el hecho de que estén asociados con cierto modelo de feminidad que yo rechazo tampoco es culpa suya. Aunque hacer punto de cruz con los pinchos y las New Rock, como mínimo es gracioso). Pero el caso es, que sigue gustándome bailar.

Me gusta, me encanta bailar. Y yo soy la tía que está todos los años cosplayada en el Salón del Manga de Barcelona, la misma que estuvo en el concierto de Saratoga en la sala Mirror de Valencia haciendo los cuernos y el headbanging (lo del headbanging es un decir, en esa época iba rapada ^^U). Y sin embargo, adoro a Lady Gaga y sigo pensando que "Everybody" de los Backstreet Boys fue la mejor canción que jamás pudo tocar una puta pista de baile en los noventa.

Qué le voy a hacer, así es la vida ^^U

Bailar no es sólo una disciplina artística, aunque lo es, y mucho más respetable de lo que algunos la tratan. La danza ha aparecido en todas las culturas humanas casi desde su inicio (¿quién nos dice que las figuras antropomorfas de las pinturas rupestres no pudieran a veces estar representando algún baile?) Crecí en un país en el que la danza es un acto social del que no hay manera de escabullirse: a los quince años las chicas celebran la quinceañera (una especie de puesta de largo tan pija que caga gomina, ajiem) y desde ese día en las fiestas hay música y la gente TIENE que bailar, sola o en pareja, pero bailar. Si no bailas, te han jodido, macho.

En ese ambiente, siempre llega un momento de las reuniones familiares en el que alguien se levanta y dice "ay, ¡me encanta esa canción!" o "¡pucha, tal canción de tal cantante!" y sube el volumen. El resto de especímenes pillan la indirecta: es momento de arrumbar las mesas, sacar el cajón y las maracas y empezar a menearse en mitad de la terraza del jardín. No vale andarse con vergüenzas ni gilipolleces por el estilo. Así son las cosas en Perú y en la mayor parte de América. Por eso yo siempre digo que, aunque me encanta vivir en España (por mucho que se quejen de ella los que la habitan XD), hay dos cosas que los españoles no saben hacer: postres y fiestas.

(Eh, no os puedo culpar por lo de los postres. No es justo que nosotros tengamos influencias gastronómicas asiáticas y africanas y además un clima en el que crece casi cualquier tipo de fruta, hierba o caña, y vosotros sólo tengáis... leche, azúcar, nueces y canela ^^U)

En cualquier caso, la danza es más que un arte, y aun más que un acto social: es un método de expresión de una parte muy honda de la consciencia humana. O incluso podría decir del inconsciente. Tanto durante la improvisación como durante la ejecución disciplinada, la persona que baila tiene que confiar totalmente en su propio cuerpo. Puede saberse miles de pasos de baile y puede haber hecho la coreografía centenas de veces. Pero en cuanto empieza la música, no vale contar con la memoria ni con una lógica estructurada. En el momento en que suena la primera nota el cuerpo ha de moverse solo. La mente crea las imágenes de modo irreflexivo y el cuerpo la obedece sin más. Mientras bailas, tu cuerpo es la música: las notas de la canción se convierten en líneas en el aire, y esas líneas son tus propios miembros. Mientras bailas, permaneces en un estado de concentración que no tolera reflexiones o impresiones exteriores, ni siquiera la observación desde afuera de lo que estás haciendo. Sólo hay movimiento, y un inmenso placer.

Y cuando terminas, con las endorfinas a mil, sudando y palpitando, no te sientes cansado: tu cuerpo pesa la mitad, tus movimientos son fluidos como el agua. No sientes que hayas hecho el ridículo. Hubieras deseado que esa sensación de libertad y de intenso placer durara más. Estarías dispuesto a salir a la calle bailando, dando saltos, alzando los brazos y girando como una peonza, celebrando algo, lo que sea.

Eso es el baile. Es belleza, es disciplina, es libertad. Quien lo probó lo sabe.

Y no sé vosotros, pero yo personalmente estoy harta de que la gente se meta con la música "barata" sólo por serlo (con barata supongo que se refieren a toda la que no es rock, jazz, clásica, cantautor o cualquier otro estilo que te haga quedar cool). Es música para bailar, al igual que las otras son para escuchar y pensar. No tiene nada de malo. Los huevos fritos son deliciosos, lo mismo que la paella de marisco, sólo exigen una preparación muy diferente. A nadie se la ha ocurrido criticar a los huevos fritos por eso, ni tampoco comerlos todos los días como si fueran lo único que existe. Pues lo mismo pasa con la música. Y esa gente que está tan amargada metiéndose con algún tipo de música por ser "mierda" (comparada con la que le gusta a ellos, intuyo), debería bailar más. Cohone'.

Al resto, sólo os parafraseo a LeAnn Womack: "Cuando tengas la opción de quedarte sentado o bailar, espero que bailes. Espero que bailes".


Aquí os incrustaría algún vídeo de mi hermana bailando, porque toda Valencia sabe que ella es la bailarina de casa y no yo, pero se conoce que no lo consiente. Quedaos añorando su divino talento XD

5 comentarios:

  1. Gracias, por lo de divino talento.
    No es que no lo consienta, es que no se como "jones" de hace xD

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  2. Pues me lo preguntas a mí, cacho congria.

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  3. Recuerdo que la última vez que pisé un sitio donde en teoría se iba a bailar, me encontré con una pista abarrotada de chicas moviendo los pies en corrillo por no poder ni moverse de lo apretujás, y una barra llena de maromazos con cara de hacer oposiciones a tonel que cubata en mano se limitaban a, como mucho, seguir el ritmo con la cabeza. Te doy la razón en que aquí, cultura del baile, poca, pero eso se arregla en tres generaciones. Y mira que el Regaetton no me va mucho, pero reconozco que no deja de ser un mantra, al tiempo que la danza así en general no deja de ser meditación en movimiento. De hecho, nunca he visto a nadie bailar Regaetton estando sobrio. Serán cosas de la edad. A mí, para menear el esqueleto, gimme the eighties! Yeah! (Claro que para cosas como esas, se necesita mucha pista y eso sería malo para los negocios)

    Pero lo que no te consiento es que te metas con mis postres. Aquí no me dejas otra salida. Habéis insultado a mi patria, mi madre y mi Rey. ¡Mi señora, os desafío!¡Aquí está mi guante!¡Escoged florete o espada, digoooo, flan o tarta!

    (Vaaale, era broma... reconozco que ahora mismo me falta entrenamiento para ganarte... pero dame un par de añitos...) XDD

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  4. Noooooo, Jose, pofavó, no pienses que no me gustan los postres de aquí. Yo soy la primera que ataca el arroz con leche y las natillas. Pero hemos de admitir que el repertorio de ingredientes usados es bastante limitado: leche, huevos, canela, frutos secos... cuando no se trata de algún postre de cuchara (leche, canela... XD), la confitería, salvo rarísimas excepciones, se limita a barquillos y bizcochos aromatizados con limón o (otra vez XD) frutos secos. Quedemos un día, que os prepararé a ti, a la señora y al futuro retoño un buen suspiro de limeña, un pie de lima, una mazamorra morada y un champús (que no es del que lava, si no otra cosa) y acercaremos las naciones ^^

    Y en otra cosa te doy la razón, los ochenta eran lo mejor (pero sólo música internacional, la española es un poco casposa... sin faltar ^^U)

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  5. Yo antes bailaba en un grupo y me gustaba muchísimo... ahora he perdido práctica y ganado en sentido del ridículo. Es muy triste, pero bueno. Ah, y viva el arroz con leche. Y los polvorones.

    PS: La música ochentera es la clave

    PS2: Verification word: regia. Hasta en eso eres emperatriz xDD

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