lunes, 3 de mayo de 2010

Multitud


Éramos demasiados. Éramos demasiados y había demasiado poco espacio, demasiada poca paciencia, demasiado ego. Éramos una manada, éramos un millón de millones, cada uno a lo suyo. Éramos una masa de células egoístas creciendo sin control: un cáncer.

Ya no queríamos ser como "ellos". Aunque no sabíamos quiénes eran ellos. Simplemente no queríamos serlo. Llegamos a pensar que éramos especiales, diferentes y únicos. Que nadie nos entendería jamás, y por ello quien no fuera capaz de comprender nuestra radical singularidad no merecía existir junto a nosotros. Cadáveres hinchados de ego, pudriéndonos en nuestros propios miasmas sin darnos cuenta. Iris Murdoch dijo que a cada uno le gusta el olor de su propia mierda. Pues bien, tenía razón, pero ¿qué importaba esa vieja muerta de Alzheimer? ¿Qué coño sabía ella? No tenía nada que enseñarnos porque no sabía quiénes éramos. Y los demás, oh, los demás sí se iban a enterar de quiénes éramos. Ya iban a ver.

Qué especiales éramos, y qué diferentes, y qué listos. Nadie se había vestido como nosotros, nadie se divertía con lo que nos divertíamos nosotros, a nadie se le habían ocurrido las brillantes ideas nuestras. Pandilla de mocosos o adultos pretendiendo serlo, ególatras, arrogantes, enfermos de anorexia, depresión, ansiedad y soberbia. Teníamos suficiente tiempo libre para sufrir y automutilarnos, para reír sardónicamente y agredir a los demás, y eso era bueno, estaba bien, muy bien, porque así les mostraríamos quiénes éramos, ningún imbécil se quedaría sin saberlo. Ahí estábamos, éramos únicos. Yo, yo, yo.

Y se hizo la multitud de yoes. Y esa multitud invadió lentamente el mundo que habíamos creado, inflándose sin prisa, empujándose unos a otros y estallando peleas por un espacio propio y personal en el que ser uno mismo. Si había que serlo a costa de los demás, se sería. Si hubiéramos prestado atención por la noche, cuando todo dormía, habríamos oído el leve rumor de las costuras a punto de reventar. Pero bah, éramos demasiado especiales. Preocuparnos por eso habría sido traicionarnos: lo único que importaba éramos nosotros, a lo demás le podían dar por culo. Bárbaros. Cerdos. Así continuamos alimentando la histeria, el odio, esa personalidad mórbida. Y pasó lo que tenía que pasar.

Qué era exactamente es algo que no sé. No lo sé, incluso ahora que ya ha pasado. Sólo sé el estallido. La sangre. El fuego. Los gritos que se convirtieron finalmente en lamentos. Y finalmente el silencio. Oh, el silencio.

No sé qué pasó. Sólo sé que todo se fue a la mierda, que pudimos impedirlo, pero fuimos demasiado arrogantes para hacerlo. Y ahora aquí seguimos, solos. Nadie sabe que existimos. Y todo cuanto fuimos da igual, no hay nadie para verlo. Sólo hay silencio.

Dios, cuánto silencio...

6 comentarios:

  1. La gente debe aprender que para ser especial no tiene por que destacar a costa del resto para sentirse unica. Lo importante es estar con gente que te aprecie por como eres no por como quieres que te vean. A si no solo no estaras solo si no que no seras olvidado pues una persona es recordada no por los libros sino por su gente.

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  2. Sí, normalmente las personas que quieren destacar a toda costa acaban profundamente solas.

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  3. El problema es que quieren destacar porque se sienten solas. Es un circulo vicioso pero algunos sus amigos los orientan y salen de el. Pero otros se pierden en el silencio de su ego. Pero todo el mundo acaba ampliando su pequeño universo particular para no estar solo. Lo unico que importa es cuanto tarden en darse cuenta y como lo hagan.

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  4. Cierto, es un círculo vicioso. Hasta donde yo sé, uno ni siquiera existe si no tiene a los demás a su lado. Les necesitamos, es ley de vida. Es sólo que algunos lo consideran vergonzante y se niegan a aceptarlo.

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  5. Pues tienes toda la razón, lo que pasa es que hay veces en que es inevitable la necesidad de alimentar tu propio ego. Luego te das cuenta de que no sirve para nada y lamentas profundamente haber perdido todo ese tiempo.

    Una vez leí que "mientras pierdes el tiempo tratando de ser especial, te pierdes cosas qje podrían estar pasándote a ti". Es algo tan simple y tan obvio que asusta.

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  6. Yo la habia oido como "mientras pierdes el tiempo lamentando tus errores, te pierdes cosas que podrían estar pasándote ahora".

    Yo no creo que encuentren vergonzoso el hecho de necesitar gente a su alrrededor sino mas bien el echo de no sentirse seguro de ellos mismos sin alguien que les diga lo especial y unicos que son. Por ello necesitan constantemente destacar y hacerse notar ncesitan de que los demas les recuerden que existen porque en el fondo de ellos incluso cuando estan rodeados de gente se sienten muy solos... una soledad mas terrorifica que estar encerrado solo en la oscuridad.

    No es el miedo a estar solo lo que les mueve, es a ser invisibles.

    La gente se olvida a veces que los humanos somos seres sociales necesitamos de la interaccion con otros tanto como el respirar o comer. Y tal como necesita el hambriento mas comida, hay gente que necesita de mas afecto. Aunque no lo saben solo buscan el calor de alguien... y que no se den cuenta o lo admitan es muy triste.

    Y esque en ocasiones las personas somos dignas de compasion.

    Pero tambien somos dignos de admiracion cuando somos capaces de apreciar nuestra propia grandeza sin necesidad de que nos lo recuerden. Ese es el camino hacia la autorealizacion.

    Se despide Tzun

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