Me quitaron la voz, me quitaron los deseos, me prohibieron la lucha, me arrancaron la fuerza, me forzaron la voluntad, me vetaron el poder, me humillaron y odiaron, me enseñaron a no ser nada...
¿Aún piensas condenarme por buscar alguna autoridad ofreciendo mi cuerpo?
Querido mío, ¿no ves que no me queda nada más?
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Siempre me fascinara la capacidad del ser humano para medrar, del ingenio que muestran para sobrevivir. Si esa fue su unica baza y supo jugar su cartas, respeto sus acciones.
ResponderEliminarDicen que la señora se marcaba unos bailecitos que hicieron perder la cabeza a más de uno. Claro que ayudó que ese uno se la estuviese buscando políticamente hablando, pero eso no le quita mérito al primer pole dancing que pasó a la historia. Le hace pensar a uno cuántas decisiones geopolíticas sobre las cuales no tenemos nigún control se toman con la bragueta y no quedan registradas en los libros.
ResponderEliminar(Claro que ya puestos a menear el culo, yo hubiera escogido la mitad del reino. Y es que si a Herodes le pudo la bragueta, a ella le pudo el orgullo, tó hay que desil-lo... Como decían en aquella gran película existencialista, nadie es perfectoooo)XD
Digo yo... ¿escribir esto te sale sólo? Porque está de libro, oiga...
Me alegro de que os haga reflexionar o simplemente os agrade, nenes ^^
ResponderEliminarAunque yo no estaba pensando en Salomé solamente, si no en todas las mujeres (zorras) que han pasado a la historia por comer pollas y esas cosas. Lo cierto es que a veces parece que no te dejen otra, y luego encima se meten contigo.