lunes, 14 de marzo de 2011
Noche de sábado
-Así que, ¿qué tal el fin de semana?
-Oh, estupendo. El sábado por la noche vagué un buen rato hasta dar en un pub oscuro del extrarradio. Allí pasé buena parte de la noche jugando al billar con un demonio extraviado y medio griposo, jugándome con él mi alma. Acabó ganándome (el maldito hacía unas carambolas endiabladas... sin pretender la ironía), pero a la hora de cobrar las prendas no quiso mi alma. "¿Me tomas el pelo?" me dijo. "¿Qué quieres que haga yo con un alma tan limpia? Anda, invítame a un calimocho y estamos en paz". Así que le compré una jarra de vino barato y cocacola al buen engendro demoníaco. Al volver de la barra iba rumiando lo que él me había dicho sobre el estado de mi alma, así que me decidí y tras dejar la jarra sobre la mesa de billar fui directa hacia un vampiro que no me quitaba los ojos de encima en toda la noche, y me lo llevé al baño, dispuesta a añadir a mi alma alguna que otra mancha. Cuando volví a mi sitio un rato más tarde, con el cuello adornado por un curioso chupetón (había dos heridas de perforación paralelas justo en medio de la moradura), la jarra del calimocho estaba vacía sobre el borde de la mesa de billar y el demonio se había largado, llevándose mi bolso. Lo curioso es que no había nada de valor en él; la cartera, el móvil y las llaves los llevaba yo encima cuando me acerqué a conocer mejor a mi amigo el hematófago. Lo único que había dejado en el bolso, aparte de un par de kleenex usados, era una azalea seca. No sé, tal vez en el infierno no les dejan tener flores.
-O sea que bien, ¿no?
-Sí, se podría decir.
Ah, sí, blog nuevo: http://viviendoenrar.blogspot.com/
Sean bienvenidos.
miércoles, 9 de marzo de 2011
Kiss?
martes, 8 de marzo de 2011
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