miércoles, 16 de septiembre de 2009

Sed guapas, imbéciles


Hace unos días un colega escribía en su blog quejándose de la tiranía de la belleza y de la falsedad de ese concepto. Me hizo reflexionar y me inyectó ganas de acometer una idea que llevaba tiempo barruntando. Ahora me toca a mí.

¿Quién sabe de belleza más que las mujeres? ¿Más que ellas, esas delicadas y hermosas criaturas, sensibles y cariñosas, que conocen mejor que nadie la fuerza de una sonrisa? ¿Más que ellas, esas misteriosas y sensuales damas que subidas en unos tacones y bajo la cortina de un vaporoso cabello seducen a los hombres y los llevan a la perdición?

Yo soy mujer, y conozco bien esa belleza. Y tengo un sinónimo para ella: esclavitud. He pasado casi veinte años de mi vida escapando de ella. Las chicas de mi generación probablemente puedan recordar al igual que yo a sus madres frente a ellas, siendo ellas muy pequeñitas, revelándoles en tono místico los secretos de la feminidad: depilación, maquillaje, ropa, gestos, palabras y actitudes.

Jeh. Feminidad.

Puede que algunos piensen que exagero, para variar (es una manía que tengo, esa), pero esta vez discrepo. Hoy voy a tomar cada pieza de esa infernal maquinaria que son la "feminidad" y la "belleza" (a veces entendidas como sinónimos) y a tirarlas a la cabeza de la conciencia colectiva, para que dejar al descubierto que no son dioses ni titanes, que son tan frágiles que el leve soplo de una mirada crítica puede hacerlos saltar por los aires.

Vamos allá.

El poder, desde los albores de su refinamiento, tiene una estrategia la mar de astuta para evitar las rebeliones en su contra: dar a los dominados ciertas posesiones superfluas y un poder de decisión irrisorio, y hacerle creer que a través de ellos es libre. Un buen ejemplo sería la llamada "revolución verde" que tuvo lugar con motivo de las elecciones amañadas de la pasada primavera en Irán. El pueblo estaba echado a las calles, Twitter echaba humo, la opinión internacional estaba emocionadísima y todos criticaban sin cuartel el pucherazo que les habían intentado colar, mientras las detenciones políticas se sucedían y el mundo ardía en llamas de libertad. ¿Y qué pasó? El presidente anunció a la carrera que habrían al menos tres mujeres en sus ministerios a formar, por primera vez desde la Revolución Islámica. ¡Y zas! Marcha verde al carajo. La gente se calló la boca, pensando que su país se encaminaba de alguna forma hacia la igualdad, y aquí en occidente sonreímos al telediario contentísimos de que por fin los "moros" mostraran un mínimo de sentido común. Venga ya.

Aunque este ejemplo es más general y amplio, sirve para pensarnos un poco qué hacen con nosotros aquellos que nos gobiernan. En este caso son los dirigentes políticos, ¿pero y si no lo fueran? ¿Y si no tuvieran una cara visible? ¿Y si estuvieran dentro de nosotros?

Eso es lo que nos hace el concepto de belleza que tenemos, y que tanto daño nos hace con nuestro propio permiso. Las mujeres llevamos milenios esclavizadas de todas las formas posibles, salvo en raras excepciones aisladas, y ahora que por fin empezamos a pelear para que nos dejen establecer nuestras propias condiciones, no nos damos cuenta de que seguimos encadenadas de una forma tan sutil que sólo puede haber sido creada por una conciencia retorcida. La culpa, la responsabilidad ajena y la maternidad forzada son algunas, pero a pesar de que rechazamos todas ellas, seguimos atesorando otra que consideramos sagrada: nuestro "derecho" a estar guapas.

¿Por qué debemos estar guapas, me pregunto? ¿Por qué es un derecho inalienable que compromete nuestra felicidad? ¿Por qué salimos todos los días a la calle tan manipuladas que no nos reconoceríamos en el espejo si no fuera porque ya hemos asumido que no somos quienes somos, si no quienes queremos ser? Marjane Satrapi, en su genial obra Persépolis, nos da una respuesta brutal: "El régimen había comprendido que si una persona salía de casa pensando '¿El pantalón es bastante largo?, ¿llevo el pañuelo bien puesto?, ¿se me ve el maquillaje?, ¿me darán latigazos?', ya no se preguntaba '¿dónde está mi libertad de pensamiento?, ¿dónde está mi libertad de expresión?, mi vida, ¿es soportable?, ¿qué sucede en las prisiones políticas?'"

Sorpresa. Nos creemos libres, y nos han convertido en esclavas de nuestros propios prejuicios. Intentamos empujar la barrera hacia las conquistas políticas, y mientras tanto aquellos a quienes nos oponemos nos detienen por la espalda tirándonos de la falda y partiéndose de risa. ¿Creéis que exagero? Vamos a analizar unos cuantos elementos de la belleza femenina y veremos.


-Las faldas largas: Los pantalones en Europa son una costumbre germánica que durante mucho tiempo fue considerada bárbara por los togados patricios romanos; sólo los legionarios se los ponían bajo la túnica, para montar. Luego, conforme pasaban los siglos, los hombres descubrieron que las calzas eran comodísimas y empezaron a llevarlas, disfrutando de la nueva libertad de movimientos. Las mujeres los tuvieron prohibidos en occidente hasta el siglo XX; supuestamente tranquilas y pasivas, no necesitaban esa libertad para moverse, y pasaron siglos tropezando al huir, enredándose en los obstáculos, resbalando en las escaleras, sin poder correr, saltar o trepar sin parecer indecentes. No me entendáis mal, adoro las faldas largas, pero si un día el peligro me pilla llevando una tengo muy claro que en bragas se corre más rápido.

-Las faldas cortas: Os lo esperabais, ¿eh? Las minifaldas son la versión moderna de las faldas largas. Surgieron como instrumento de subversión sexual en los sesenta, y no han podido desahacerse de esa carga erótica, ahora desprovista de reivindicación: ¿quién no se ha sentido vulnerable e incómoda llevando una minifalda, incapaz de agacharse, de empinarse o de sentarse sin mostrar a todo el mundo la ropa interior, convirtiéndose en el acto en un objeto sexual y no en una persona?

-El cuerpo perfecto: Ha ido cambiando a lo largo de las épocas, desde el piernilargo y panzón del Renacimiento hasta el reloj de arena decimonónico y sus corsets opresores, pasando por los tontillos y miriñaques descomunales del Barroco y el Neoclásico, y llegando al estilo anoréxico-siliconado de hoy. Todos sabemos que el cuerpo no es así, incluso los hombres empiezan a sufrir esa tiranía, pero aún así nos sentimos mal cuando nos miramos y no vemos una reproducción de los modelos mediáticos.

-La ropa ceñida: Incómoda para moverse, para respirar y para tener un cuerpo medianamente normal, su función es solamente una: poner en evidencia las formas de nuestro cuerpo para hacernos (se supone) más atractivas sexualmente. Gracias, pero no gracias.

-El maquillaje y el peinado: Hay mujeres que consideran que su verdadero yo es aquel con una hora de planchado capilar y varias capas de polvos y cremas. Como decía Gordon Dietrich en V de Vendetta, "cuando llevas tanto tiempo una máscara acabas olvidándote de lo que hay debajo". Y eso es lo que nos hacen: consiguen que nos sintamos feas, que gastemos tiempo y dinero en parecer lo que no somos, y ese dinero se lo quedan, cómo no, las industrias de cosmética y publicidad. ¿Acaso creíais que se trataba de otra cosa?

-La juventud y la lozanía: ¿Hace falta que lo diga? Las cremas antiarrugas no sirven absolutamente para nada: son grasa, y punto pelota. Y no permitáis que nadie os diga que las mujeres se vuelven feas cuando envejecen; en primer lugar, los hombres también, y en segundo lugar, ¿acaso es el fin del mundo?

-La depilación: Uh, mentamos a la bicha. Seamos sinceros, muchachos: si fuese femenino no tener pelos, naceríamos sin ellos, no hay más vuelta de hoja. Que desde los medios, o incluso desde tu entorno cercano, te digan que unas piernas o unas axilas sin depilar son feas, bárbaras o incluso sucias, no significa que sea verdad. Algún día nos dirán lo mismo de nuestro cabello, y todos correremos a rapárnoslo. Pensadlo bien. Yo llevo casi dos años sin tocar la gillete y no se ha desencadenado el Apocalipsis. No dejéis que nadie os convenza de que es una obligación.

-Los tacones: El sacrosanto estandarte de la feminidad es un aparato de tortura. Podría hablar de uñeros, ampollas, deformaciones óseas y problemas de columna, pero no es nada que no sepáis. Sin embargo, insistimos en encaramarnos en los malditos estiletes, y andamos sufriendo a cada paso, convencidas del inmenso poder que nos confieren esos zapatos, el poder intrínsecamente femenino de la seducción. Es el ejemplo por excelencia de cómo desde el poder se nos humilla y esclaviza y encima nos hace creer que debemos darle las gracias. La próxima vez que veáis a una mujer andando con tacones, no prestéis tanta atención al repiqueteo hipnótico de sus pasos o a la tensión apetitosa de sus glúteos, y fijaos en los tacones en sí: sea quien sea, sea como sea, se tambalean al pisar, aunque sea de forma imperceptible. La supuesta mujer poderosa es una mujer adolorida e indefensa que no podrá correr para escapar y que tampoco podrá luchar para defenderse: una mujer que se hiere voluntariamente para agradar a los demás. De eso es de lo que todo esto se trata.


No pretendo, por supuesto, ofender a nadie a quien le gusten los tacones, las minifaldas o el maquillaje. Yo también me arreglo a veces, porque es divertido. Pero tengo muy claro que es divertido porque no es la norma y no me siento obligada a hacerlo; si lo fuera, sería un peñazo. Comparto con vosotros mi propia experiencia: desde que dejé de depilarme, me siento más mujer, más en contacto con el ser más radical que hay en mí, un poquito más libre. Me gustan mi cuerpo y mi cara sin adulterar, y recordarlo me hace muy feliz.

Todo esto puede parecer superficial, pero recordemos una cosa: no podemos cambiar el mundo si no nos cambiamos a nosotros mismos. Y no podemos cambiar nuestros pensamientos más íntimos y nuestra fuerza interior si creemos que nuestro aspecto es impropio y debe ser ocultado. Nuestro yo físico es el lugar donde vivimos, y merece respeto. Además, la vida es corta y está llena de injusticias, y no tiene sentido pasársela lloriqueando porque nos sentimos feos. En este sentido, Séneca, sin saberlo, nos dejó hace más de dos mil años una frase que nos sirve perfectamente (por eso los clásicos son la hostia, dos mil años muerto y todavía puede enseñarnos algo): Nulla servitus turpior est quam voluntaria. Es decir, ninguna esclavitud es más estúpida que la voluntaria.

Da qué pensar.

19 comentarios:

  1. Bonito ensayo. Algunas puntualizaciones (tan sólo apreciaciones, no las tomes como dogmas que defiendo ni mucho menos): los hombres sabemos más de la belleza, claro, observamos y juzgamos, quizás seamos más objetivos que vosotras, quizás no, pero nuestros ojos son los jueces finales. Al fin y al cabo toda la parafernalia que montáis para ascender puestos en la escala sexual es por nosotros.

    Y derivando esto, es un mero hecho sexual, genes, herencia, sexualidad, no hay otro fin que la mejora de la especie, esa fuerza omnipresente/potente que a veces olvidamos: la Naturaleza.

    Te recomiendo una lectura entretenida (tómalo como un ejercicio para conocer la mente masculina y el funcionamiento de los roles hombre/mujer <-> macho/hembra): vete a la biblio y saca Sexcode de Mario Luna, lee sobre todo la primera parte donde se explica el tema de la sexualidad como motor de la herencia genética.

    El resto es gracioso/triste a parte iguales, pero merece una lectura rápida por encima.

    Salud y a por ellos!

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  2. ¿Sabes lo que deberíamos hacer inmediatamente? Entregar este texto en mano a cada persona, no sólo a las mujeres, sino también a los hombres. Por que sin querer, somos nosotros los que os hemos obligado a entrar en ese dogma de belleza canviante cada ciertos siglos, pero igual de jodido de aceptar. Y sin embargo vosotras habeis continuado adaptandoos, no por propia voluntad si no por la voluntad del puto macho. Lo que deberiais hacer sería disfrazaros según "lo que se lleva", y cuando nos empezara a caer la baba sacaros un maldito puñal de la liga y contarnos la yugular.
    El hombre vino al mundo mas peludo que un felpudo, no por ello los hominidos no fornicaban. Pero los muy hijos de puta me han metido en la cabeza que, si una mujer tiene la "peludus axilis" ya no me acerque. Tres palabras Hijos De Fuhrer. Te admiro

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  3. Bleuge, te sorprendería la cantidad de presupuestos "biológicos" que se desmontarían con una educación distinta a la que tenemos ahora. Hay mucha gente que se empeña en ver la vida únicamente a través de este tamiz, llevando el determinismo a rajatabla, y olvida la diversidad y la riqueza del comportamiento humano. A lo mejor soy una hereje científica, pero no me considero "hembra" y a ti no te considero "macho". Hace tiempo que borré esas consideraciones de mi vocabulario; sólo tienen importancia a la hora de follar y a mi entender son meramente genitales. No existen sólo dos generos o sexos, y tal como van las cosas ya deberíamos habernos dado cuenta. Sólo hay personas, y le estamos dando una importancia brutal a lo que tenemos entre las piernas, que es sólo una pequeña parte de lo que somos. Llevo tres años compartiendo mi vida con un hombre, y desde pequeña salgo con un grupo formado únicamente por chicos, y adivina: no noto ninguna diferencia. Todos nos hemos dado cuenta ya que fuera de la cama esas diferencias tan cacareadas son tan sutiles que bien podrían no existir.
    Ah, y he leído Sexcode: Mario Luna me da asco.

    Johan, gracias por secundarme. Un día tenemos que ir a hacer graffitis por ahí para que el mundo se entere, ¿qué te parece? Y tienes razón, ¡hijos de Führer! XD

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  4. Me chiflan todas y cada una de las cosas que has mencionado (excepto la depilación, no me gusta en sí, pero si los resultados, asi que entra en el saco). Lo peor es que lo sé. Y las prefiero... porque me chiflan. Mierda.

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  5. De ti me he acordado yo hoy! (Bueno, ha sido porque dijeron que una chica habia llamado a casa y preguntaba por mi :/ ) Veo que tienes blog nuevo y sí, ahora tiene cabecera, muy chula por cierto.

    Sobre el tema que has tratado, pues es una coincidencia que no hacia mucho me lo estaba planteando muy seriamente. Cada vez que pensaba con más lógica veía que en el fondo no podemos separarnos tanto. No podemos separar tanto a la gente debido a sus sexos (entre otras cosas) ya que en el fondo somos más parecidos de lo que nos pensamos. Está claro que por biología, mujeres y hombres tienen actitudes diferentes, pero existe más similitud de la que siempre borregamente se ha intentado imponer. Al final es eso, somos individuos con caracteres, gustos, metas diferentes, y también nos atraemos por eso, no sólo por temas biológicos.

    A parte de lo que has comentado en el post añadiría algo más, que de hecho fue lo que me hizo pensar sobre el tema hace tiempo. No solamente nos esclavizamos a nosotras mismas. El no saber qué es ser mujer repercute a la hora de saber cómo debemos ser ante la gente, ante nuestro entorno. El no saber nuestras aspiraciones personales ni que somos realmente es más que seguro que condiciona. Otra cosa: si el sistema de querer ser una mujer atractiva persiste es porque todavía funciona con la mayoría de hombres. Si realmente no les gustaran las chicas que se preocupan tanto por gustar, ellas lo sabrían. No quiero decir con eso que en el fondo somos animales que buscamos atraer, pero no tiene nada que ver con lo que se estaba hablando en el post. No es únicamente la mujer la que siempre ha estado modificada, también el hombre. Ya que si fuera hombre de verdad sabría reconocer a una mujer auténtica, o que al menos pretende serlo. Y le gustaría como persona ante todo, Creo incluso que entendería a la otra persona como ``amiga y compañera´´ no como ``novia´´ exclusivamente.

    En mi opinión estamos todos los individuos alienados, no sólo una parte. Y sí, es una gran forma de control social. Realmente es una de las tantas que hay, pero ya me he enrollado demasiado.

    P.D: aunque no pretendas serlo y no sea lo importante en ti, siempre me has parecido muy guapa, que no canónica :)

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  6. Ya, tranquila, Neko, todos te conocemos XD

    Gracias por el piropo, Yume XD. Tienes razón, por supuesto los hombres también están alienados, y muchísimo. Se sienten obligados a parecer que lo saben siempre todo y que tienen la solución a cualquier problema, y algunos todavía ni siquiera lloran. Y sí, es cierto, si hay tanto empeño por gustar, por los dos lados, es porque funciona con la mayoría de la gente. Pero, como tú y yo sabemos, al menos personalmente, no es eso lo que queremos. Afortunadamente, podemos elegir no sólo quiénes somos, si no a quiénes nos acercamos, y esas personas nos aceptan y les gustamos, de una forma o de otra, no por nuestro físico. Además, como tú bien me has recordado, todos podemos ser hermosos sin ser canónicos ^^

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  7. Respecto a los hombres, siento decirlo, pero cuando pasas de un hombre que pesa 40 (y durante algun tiempo 45-50) kilos mas que tu en grasa a uno que pesa unos 30-35 más en músculo... se nota en TODO. Pa qué mentir xDDD.

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  8. Creo que no voy a poner en palabras la crítica implícita que viene en la frase XD

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  9. Mucho he reflexionado sobre este tema, no soporto la idea de la mujer-objeto, como si fueramos meramente un trozo de carne. Imagino que es lo que pretenden y están logrando con una población alienado por el pensamiento de la belleza y la atracción sexual. En una época se nos silenció privándonos del voto y del derecho a alcanzar el poder. Ahora que e mercado es el que gobierna ha encontrado algo mucho más sútil, para que no pensemos y no nos preguntemos sobre la justicia y aquello que podemos hacer. No os engaño, me gusta verme guapa, pero también invertir poco tiempo en ello, no necesito convertirme en otra persona para sentirme a gusto. Somos mucho más que cuerpos físicos como tú bien dices y solo el día que nos queramos tal cual somos, los otros nos querrán de verdad, y no a la máscara que nos hemos autoimpuesto.

    Había escuchado lo de los zapatos de tacón, ese martirio que algunas mujeres están dispuestas a soportar y con ese sonido estridente que aborrezco sobre todo en bibliotecas. A mí me gusta ser sigilosa, que no se oigan mis pasos. En mi opinión lo ideal es el término medio, un poco de tacón si que me gusta llevar, de hecho mi cuerpo me lo pide, el zapato plano me produce calambres. Pero no necesito tener la sensación de estar cerca de caerme a la mínima que acelere el ritmo.

    La minifalda como revolución es algo que siempre me ha costado entender. Si se ve claro que lo único que ganas si tienes unas piernas bonitas es que los hombres te vean como un objeto de placer aún más todavía.

    Sobre la depilación tengo opiniones encontradas. Odio depilarme, sobre todo las piernas y las ingles (más estás últimas) pero creo que debería haberme rebelado desde pequeña, porque la fuerza que ha adquirido el pelo por esas zonas me hace pensar en una selva con osos. Siempre lo he dicho, la fuerza la tengo como Sansón, en el pelo. Las axilas me las depilo porque tengo la sensación de que sudo menos, pero si he de ser sincera, cada día dudo más de esa teoría. No llegaría al extremos de las musulmanas de depilarme enteramente (ellos también) pero sí que al menos donde empecé ya de niña continuaré con la genealogía.

    En la cara a lo sumo me pongo una línea de ojos (desde hace dos días como quien dice y muchos años hasta este me he resistido), así compenso el martirio al que la someto produciéndome más de una herida en mis momentos de nerviosismo. La pobre recibe todo el estrés desde dentro y desde fuera, el termino libro abierto es un modo de definirlo.

    Que la belleza está relacionada con la biología de la especie, lo pongo poco en duda, desde luego es un factor importante, es un instinto totalmente primario buscarla. Pero como somos humanos, somos libres y podemos cambiar eso. No solo podemos, sino tenemos que hacerlo, sino a mí que me digan de que narices presumimos. De tener razocinio para pensar que vestido me pongo hoy? No, no estamos determinados, eso fue algo que se han inventado los de arriba para que no luchemos y pasemos a la postura cómoda. Si se puede educar a un perro, más a un ser humano, triste sería que ya naciésemos determinados por nuestros genes.

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  10. A mí ante todo me fastidia el negocio que hacen las tiendas de ropa de moda y la industria cosmética, que no solo se lucran a costa del séquito de mujeres occidentales, inflando su capital, sino que detrás esconden una abominable experimentación animal y maquilas de ubicación internacional llenas de mujeres/niñas/os que a parte de aspirar rara vez a llevar esas ropas/zapatos viven en condiciones infrahumanas. En los momentos en que pienso en eso, aborrezco la moda desde lo más profundo de mi alma y doy gracias de serme bien igual llevar el vestido de hace cinco años o la falda recortada por hacer desaparecer definitivamente unas manchas. No es necesario renovar el armario anualmente y una estupidez dejarse engañar por revistas que se aprovechan de esos momentos en que no pensamos. Yo prefiero no leerlas, hay escritos mucho más interesantes, como éste.
    Buffff, vaya rollo te he soltado.
    Por cierto, me gusta tu nueva página, espero que te dé menos problemas que la anterior.

    Salud!

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  11. Helena, me has dejado sin palabras. Definitivamente has explicado la relación "belleza-naturaleza" mejor de lo que yo jamás podría haberlo hecho. Como siempre, muchas gracias por comentar. Tus palabras siempre me devuelven la fe en que las cosas se pueden cambiar.
    Mucha suerte y muchos besos, aunque suene a tópico, esta vez te los mereces ;)

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  12. Mode ironic:on "Valientes palabras para una dama con belleza e inteligencia" Mode ironic:off

    Jajaja. Como me divierte esta discusion. Como que no hay libertad? Los humanos nos hemos tomado la libertad de invertir el rol mas viejo del mundo animal. Nuestra especie es la unica en la no es el macho el que tiene que es exclusivamente el guapo cuyo fin es regalar la vista de las hembras. En el reino animal el macho tiene que dejarse la piel en competiciones de fuerza y exibiciones de belleza. Los pavos reales son los que exiben el plumage vistoso (diox que panza de reir con el anuncio de axe XD) y las hembras son pardas y nada llamativas y simplemente se lmitan a elegir la mejor pieza. Diox y no e escuchado a nadie quejarse en defensa de los machos objeto del reino animal. Es que si somos sinceros las hembras no necesitan ser bellas ellas son las que eligen el macho, pues ellos se desviben por perpetuar la especie, solo quieren de ellas que sean fertiles y que se ocupen de la prole si hace falta. En cambio hemos metido en la cabeza al mundo que ellas son las que deben de arreglarse cuando son ellas las que siguen eligiendo pareja. La seleccion de la mejora de raza en humanos es mas relativo, pues influyen muchos factores sociopsicologicos y la biologia esta en un segundo plano (altos con altos, listos con listos) son roles asociados a nuestra conducta buscamos lo parecido a nosotros para perpetuar con mayor probabilidad nuestros genes. O lo diferente no por exotismo si no por introducir variantes en la poblacion, pero se condiciona por factores culturales (racismo). Da igual lo que hagamos al fin y al cabo somos maquinas biologicas con el unico fin de reproducirnos, la belleza, la etica y el amor solo son adornos humanos. Como decian en cierta serie "El amor es una trampa del DNA para reeplicarse" digase amor, digase lo que se quiera.

    Esto.... ara que me fijo me desviado un poco del tema inicial. no ^^?

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  13. Un tanto. Muchos biólogos tenéis esa visión de las cosas, lo cual es normal, si te pasas cinco, seis o siete años estudiando ingeniería genética y reproducción, al final acabas viéndolo todo desde ese punto de vista. Sin embargo, hay otros biólogos con una visión menos determinista de las cosas, como aquí la amiga Helena, o mi querido Dungeons Master Javi, quien no creo que lea esto pero a quien saludo.
    Yo, algún día estudiaré también biología, o zoología, o alguna carrera de la misma rama (seremos colegas XD) y espero enriquecer con ello mi visión de la vida, en lugar de decepcionarme del amor, la belleza y la ética. Por cierto, felicidades again por la licenciatura.

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  14. Es una reflexión interesante, de hecho estoy de acuerdo contigo. Pero... vamos a ser sinceras: a mi me encanta ponerme vestidos bonitos y salir a la calle monísima. Aunque creo que en mi caso es más por narcicismo xD, lo hago básicamente porque me gusta hacerlo y porque me gusta el resultado. ¿Esclava? Puede. Obviamente, no voy cada día hecha un brazo de mar (primero porque no tengo tiempo y segundo porque me da pereza xD), pero te voy a decir una cosa: no hay nada más divertido que ver a un hombre comerse una farola por tener el cuello girado en un ángulo imposible, mirando hacia ti. En esos momentos realmente no sabes quién de los dos resulta más ridículo xD.

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  15. Bueno, Charlotte, como ya dije antes, cada uno a lo suyo, todos podemos elegir lo que queremos hacer. Aunque personalmente espero con ansia el día en que el tío se coma la farola ante un piropo, más que un vestido XD

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  16. Je, claro que tienes razón, Luna es un espabilado sacando partido de la polarización en el mundo incipiente de la seducción en español (ese mercado en inglés está machadadísimo)

    pero, yo me reafirmo en mi postura "natural". hembras y machos y por encima capas y capas de sociedad y "cultura", pero en el fondo, sólo somos monos amaestrados,

    es tan sólo una idea claro...

    saludos!

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  17. Lo que tú digas, Bleuge.
    Tal vez deberías pasar más tiempo con las mujeres sin verlas como un objeto a desear, y entonces a lo mejor descubrirías ideas nuevas.

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  18. "Aunque personalmente espero con ansia el día en que el tío se coma la farola ante un piropo, más que un vestido XD"

    Ese será un momento que no quisiera perderme por NADA del mundo!!!!!

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  19. Tal vez deberíamos juntarnos y ponerlo en práctica un día, a ver qué pasa XD

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